En el último informe que publiqué ya se pudo ver que tengo un nuevo juguete, que actuó como azote de demonios: un caballero imperial.
La historia es que lo compré hace unas semanas y, como nos pasa siempre a los acaparadores, tras recibirlo la caja quedó en una estantería hasta que la semana pasada me entró el gusanillo y le metí mano. Estaba un poco cansado de pintar tácticos (que es lo siguiente que me tengo tengo que obligar a pintar).